jueves, 20 de enero de 2011

Guárdame en Ti

si claro, los poetas han de bajar del olimpo, y ojalá dejaran de escribir artes poéticas y manifiestos, porque lo que yo manifiesto con convicción, es que el poeta no es pequeño dios ni vaca sagrada ni toro ensangrentado ni nada en particular, el poeta es el que tras el ojo resume el símbolo, el decantado de pureza que resulta de contemplar o imaginar o inventar o vivir o maldecir su corta vida. La poesía es una flecha embarazada, si no me creen, lean esta flecha de Zurita, cargada de la nostalgia anticipada de la que sufren los poetas y los enamorados cautivos, y que traspasa el corazón de los hombres presos. Ellos solo pueden rogar para que las mujeres que aman lleven con ellas algo de ellos, que las haga volver...

                                                                                                                          pintura: Magritte

Guárdame en ti

Raúl Zurita


Amor mío: guárdame entonces en ti

en los torrentes más secretos
que tus ríos levantan
y cuando ya de nosotros
sólo que de algo como una orilla
tenme también en ti
guárdame en ti como la interrogación
de las aguas que se marchan
Y luego: cuando las grandes aves se
derrumben y las nubes nos indiquen
que la vida se nos fue entre los dedos
guárdame todavía en ti
en la brizna de aire que aún ocupe tu voz
dura y remota
como los cauces glaciares en que la primavera desciende.
                                                                        

Guárdame en ti
Creación colectiva

 Amor mío: guárdame entonces en ti
entre tus pliegues secretos y tu vestido 
del otro lado de la reja
tenme también en ti
y antes que ya de nosotros
no hayas dejado nada,
vacía de mi
guárdame en ti
como el sonido de los pasos que se alejan,
y luego, cuando lejos de aquí mueran los pájaros 
y la calma avise 
que terminó de irse  la vida entre los dedos,
apareceré en tus sombras
como la sombra de un hombre guardado
entre el miedo y la vergüenza

   





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