lunes, 30 de agosto de 2010

Madre


Cuando vuelva              
te voy a tomar las manos
rotas y las voy a besar
y te voy a besar los ojos
que han llorado por mi
que he sido tu cruz
y no vas a trabajar más
porque yo te voy a cuidar
como a la reina del cielo
José
pintura: Jules Bastien-Lepage

jueves, 26 de agosto de 2010

CADA UNO CON SU LUZ


Usted me dice que cada uno tiene su luz
¿entonces solo el diablo no tiene luz?
y si uno ha hecho cosas malas
¿también tiene su luz?

D.M
pintura:Maxfield Parrish

Olvido


Si en todas la miradas
Encuentro tu mirada
¡Eso es amor amada mía!

Si en cada boca encuentro
Tu boca repetida
¡Eso es amor amada mía!

Y si en todas mis ternuras
Furtiva no te encuentro
En una esquina de mi alma
¡Eso es olvido, olvidada mía!

(para Elizabeth, también llamada a veces...Eva)
                            H.C  

lunes, 16 de agosto de 2010

Las dos Manuelas


                                                                                                                                Aleksei Tivetsky

Estoy dormitando, me han operado hace dos días, no soporto la sábana, ni la luz, ni el ruido del pasillo...siento mucho dolor, no encuentro posición para aliviar la espalda y hace poco me bajaron la morfina y tuve una crisis de angustia. Por instrucción del doctor la enfermera puso un letrero "sin visitas" junto a mi puerta, mientras él mismo me dice que recién el miércoles puedo irme a mi casa, lo que suena a tragedia, porque "recién" es sábado. Estoy adolorida y triste cuando se abre la puerta y entran dos señoras. A una la conozco, chiquitita, viene vestida de rojo, es Silvia, la señora de Manuel Henríquez. La otra es una mujer alta, morena, con el pelo entrecano amarrado en un moño, y dientes albos. ¡La Violeta, la mentada Violeta, la hermana de Manuel Tapia! Pese al Transantiago y a que una vive en Renca y la otra en Puente Alto, se juntaron en la estación los Héroes, se equivocaron bajándose en Los Domínicos, tomaron la 41 y llegaron, almas del cielo, a verme. Las dos sonrientes como flores, olorosas como flores, más lindas que flores, entre ellas se tratan de usted Señora Silvia y Usted Señora Violeta, porque no se conocen. Y se ponen a rezar. Es decir, la Silvia reza porque es católica y la Violeta ora porque es testigo de Jeovah. Y la Señora Violeta me toma las manos y dice una oración preciosa, una petición en que le pide a Jesús que me cuide "de la mollera a la planta del pié" y repite, Jesús cúidala y bendícela "de la mollera a la planta del pié"
Después me dicen que tome agüita de matico porque sana las heridas por dentro, y que muerda hojitas nuevas de llantén, y nos despedimos porque se está haciendo oscuro y el viaje es largo.
Paso una noche tranquila y en la mañana del domingo me examina el doctor: "ya Andreita, que te junten tus cositas, te mando pa la casa". ¿y qué pasó, no me tenía que quedar hasta el miércoles?...tenías...pero no se...algo pasó,...ayer en la tarde estabas muy frágil,  pero ahora estás estabilizada, te vamos a sacar todas estas mangueras, observarte unas horitas y si sigues bien...a la casa!

Hoy es lunes y mientras miro el florero sobre la cómoda me acuerdo de las dos Manuelas, ángelas de mi guarda.... 

lunes, 9 de agosto de 2010

Confianza

                                                                                                      pintura:Maxfield Parrish

En la vida no hacemos más que confiar. Saltamos a la ducha seguros que saldrá agua del grifo, tomamos desayuno sin preguntarnos si el agua está contaminada, y salimos confiados a la calle haciendo fe en el pacto (de vida o muerte) entre nosotros y los otros: todos vamos a parar en la luz roja y a partir en la luz verde. Lo social basa en creerle al otro y en que el otro me crea a mi.   Pequeños "actos de fe" como creer en la fecha de vencimiento del queso, o enormes, -como confiar en que  vamos a despertar de la anestesia- son la base de una vida compartida. Y para que la cosa funcione, que no me engañen ni yo engañe, que no transgredan ni yo trasgreda, que cumplan y que yo cumpla. Pero esas confianzas para funcionar en el mundo, van precedidas por otras que no pidieron nada a cambio. La madre, el padre, las caricias de los abuelos, el regalo bajo el arbolito, estuvieron ahí con su amor, en la certeza de ese amor aprendimos a confiar, y en la herencia de su ejemplo nos volvimos confiables.

"Yo solo confío en mi" dice Rolando, mirando desde unos ojos torvos..."¿y no confiai ni en tu señora?" le pregunta un compañero. "¡¡No confío en nadie, ni le creo a nadie!"...
...y probablemente ya nadie le cree a él.
¿Qué pasó ahí? ¿cómo se vive así? ¿hay una soledad más profunda que esa?

                                                                    
                                      
He sido una persona que confió en demasía
pero varias personas abusaron de dicha confianza
con ello lo que ha ido pasado no es solo el sentido
de sentirse defraudado, sino principalmente el hecho
de que me he ido poniendo más frío y desconfiado 
con personas que probablemente merecían mi confianza,
porque uno va perdiendo la confianza en el poder distinguir.
Por otro lado, yo como persona me creo una persona confiable.
Esto, pues hablo con la verdad, soy leal y honesto,
tres principios en que se basa la confiabilidad

                                                                           Claudio

martes, 3 de agosto de 2010

Una Estrella



Una estrella
es algo en que creer
creer que mirar una estrella y
pedir un deseo pensando
que este se hará realidad
solo porque la vi pasar

Creer que Reyes Magos
fueron iluminados por
una estrella para ver
a Jesús nacido

Creer que una estrella
ilumina la noche 
en que
se encuentran dos enamorados

Creer que cada uno de nosotros
tiene su propia estrella
iluminando su vida

Eso es una estrella
magia
solamente creer
en la luz

Danilo Soto