viernes, 9 de noviembre de 2007

Presentación

La Carcel de Alta Seguridad de Santiago (CAS) tiene 140 internos. 17 de ellos participan en un taller de literatura. Son hombres que leen y escriben poesía, y que han ido abriendo, con sus versos, una ventana sin barrotes.
Por ahí salen a pasear los días martes.

Simón, Claudio, Wladimir, Manuel, Ari, Fernando, Víctor, Waikilaf, Rafael, Cristián, Jorge, Esteban, Carlos, Eduardo, Osvaldo, Alfredo, Claudio

Llegué a ese lugar sin saber qué ofrecer.
¡Qué hablar de la luna, si ahí no hay luna!
O del sol! que es como prestado, y apenas alcanza a calentar el patio cuando ya desaparece…
¿Cómo hablar de los niños, los adorados ausentes, o de los supermercados, o del 18 de septiembre? …
¿Cómo hablar de inocencia, cuando la culpa está ahí, instalada como un tótem?

Así, no he ofrecido más que un par de textos y poemas, pero he visto asombrada, como hasta la poesía más abstracta ha sido comprendida por todos desde un lugar que desconozco. Desde ese mismo lugar surgió de ellos una poesía fuerte, triste, luminosa y esperanzadora.

Cuando comprendí que no podíamos hablar de nada que no despertara nostalgia, pensé que lo mejor era hablar de todo. Por eso, nos hemos paseado por la belleza, el suicidio, el bien común, el amor, el amor, el amor (como cincuenta veces) la droga, el ajedrez, la guerra, los sonetos, el dinero, la ambición, el odio, la noche, la infancia….

Nuestros aliados han sido de alto vuelo:
Jesucristo, Borges, Homero, Sócrates, Neruda, los profetas –poetas bíblicos, Amado Nervo, Pessoa, San Pablo, Quevedo, la Mistral, Huidobro, Zurita y muchos, que de poder escuchar, estarían sorprendidos por la forma en que germinan sus palabras en la cárcel.

La intención de este blog, es la de ir dando a conocer los poemas escritos durante las sesiones de trabajo, de compartir las conversaciones surgidas en ese mundo de hombres tan diversos, y de contar sus historias. No sólo sus vidas son impresionantes, también lo es el relato que hacen de ellas

En algunos casos, no conozco la razón por la que están encarcelados, ni el tiempo de condena. Sé que la mayoría de ellos es responsable de haber violado la ley y de haber causado sufrimiento, pero percibo también, que hay algunos entre ellos, a quienes el dolor causado les aflige más que la falta de libertad.

Es curioso, pero ahí donde parece que el tiempo estuviera de sobra, las conversaciones siempre versan sobre lo esencial. No hay lugar para el anécdota, lo que aparece son historias de vida, posturas ideológicas, frustraciones, humor del que se ríe de sus desgracias, y anhelos.

Después de este tiempo compartido, en el que hemos intercambiado lecturas y cariño, llego a comprender, que cada uno de nosotros, en su grandeza y en su precariedad, es capaz de contener el universo entero en el corazón.

Introducción

De los 17 integrantes del taller, 10 están condenados y 7 procesados a la espera de una sentencia.

La condición de imputado es siempre incierta. Implica visitas frecuentes a tribunales, incluso traslados sorpresivos a otros penales. Esto hace que la asistencia al curso de quienes están sometidos a proceso, no sea pareja.
Por lo anterior, ha sido más pertinente plantear cada clase como una unidad en si misma, con un contenido comprensible para quienes no hayan podido participar de algún taller.

El diseño de las clases es simple:
Introducción a un tema, lectura de un texto, un espacio de conversación y, finalmente, la escritura de un poema o relato propio, seguida de su lectura en voz alta.

Los participantes de este taller tienen grados de escolaridad muy distintos. Hay profesionales titulados en Chile y en el extranjero, así como hay hombres que solo tienen cuarto básico. Este hecho ha sido uno de los mayores desafíos al momento de planificar cada clase. ¿Cómo elegir los temas? ¿Qué autores y que obras? ¿Cómo presentar las materias? ¿Cómo estructurar una dinámica interesante?

Otra consideración es la diversidad en los tiempos de condena. Hay participantes que llevan muchos años presos, 23 años, 28 años. Otros que están comenzando una condena larga, y algunos recién encarcelados. Éstos, con frecuencia, están atemorizados y muy sensibles

Afortunadamente ha sido más sencillo de lo que pensé inicialmente, porque la clase, en gran medida, gira en torno a las conversaciones y los trabajos de los propios participantes.
En ocasiones trataré de reproducir estas conversaciones. Son asombrosas.
Su desarrollo depende en parte del estado de ánimo de los miembros del taller, que es variable y contagioso. Éste fluctúa entre la expectación y el nerviosismo, cuando alguno de ellos está postulando a un beneficio carcelario y se acerca el fallo, o el temor, cuando un imputado vislumbra una visita a tribunales, o la alegría de quienes obtienen un beneficio, pero también la desesperación y desesperanza de quienes reciben una sentencia más dura de la esperada, o la denegación de la añorada libertad provisional o la salida dominical

Recoger ese estado de ánimo e intentar potenciarlo cuando es positivo, o transformarlo cuando oprime, ha sido lo más duro, y a la vez, lo más hermoso de este taller.

La publicación de los trabajos cuenta con el conocimiento y la autorización de sus autores.

Dado que la cárcel no permite el acceso a Internet, este blog necesariamente me tendrá a mi de intermediaria, tanto para transcribir lo escrito, como para hacer llegar a los internos, los comentarios que ustedes tengan a bien hacer a sus textos.


Quiero agradecer a la Direccción de la Cárcel de Alta Seguridad, por permitirme hacer el taller, a Pedro Arellano, el haberme invitado a conocer la cárcel, al poeta Raúl Zurita por mostrarme que si muere la poesía se para el mundo y a Gabriel Bunster, que no ha dejado de animarme a escribir.
Agradezco especialmente a Fernando Prieto, dueño de la idea de éste blog, por su consejo generoso y su insistencia en que “las cosas hay que hacerlas pasar”.


PRIMER POEMA

Plegaria

A mi Dios que me creó,
elevo esta plegaria
pidiendo paz a mi mente
y pidiendo esperanzas claras.

¡Oh mi Dios!
No prohibas que fluya desde mi alma
lo que Tu sembraste en ella.

Si es que llamaste lo humano
soplando toda sensación:
sueño, amor, dicha y encantos
y me diste vida y semejanza
y hombre también me creaste.

Se que debo darte gracias
por el aire y las emociones
por la fe que me da razones
y por el sentir,
sin olvidar que soy hombre.

Pusiste también
Conciencia y pensamientos
Desordenando mi vida
Que vibra como en las trincheras.

Es porque debo vivir
Como luchando por ella.

En mi celda vigilo mis sentimientos
De un posible sueño
Que me hiera el corazón.}
Te pido en la oración
La protección verdadera.


Señor, tu espíritu se mueve en mi,
Con sensaciones instantáneas.
¡Soy yo, que te siento avalado en la semejanza!
¡Vivo como me has creado!
¿porqué el dolor prohíbe que ame
Lo que en mi vive y siento?

Si místico el amor que sembraste
En todas las almas,
¡No es por amor que te olvidamos
La vida nos las das Tú!

ARI