miércoles, 12 de agosto de 2015

Lota 1


Aún siento los rostros surcados
de hollín, de carboncillo.
Todos reían, todos reíamos.
Sus manos eran de fragua
con heridas de beso de llama,
las nucas nos tocaban
entre guijarros y volantines,
entre un almácigo
y otros diez serafines

Alfredo Cabrera

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