domingo, 10 de marzo de 2013

La Mujer


La tomé de entre 
la mirada de sus padres

Con la pureza de aguas 
de mil vertientes.

Sana como la miel 
es su alma.

Su salud es infinita
como el agua que nace
de las cordilleras.

Me ha entregado raíces
interminables y los tesoros
más preciados de mi vida.

Su hombro ha estado dispuesto
a consolar mis penas, pero también
ha engrandecido mis alegrías.

Idolatro tu amor, compañera, amor
bello como manojo de rosas, y valiente
como jauría de perros salvajes.

Caminar con ella y ver amaneceres
y descubrir el día junto a la mujer...
de mi vida.

Ariel Ceballos
pintura: Pablo Picasso

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