Se desquebraja la noche
en medio de los alaridos,
vuelan por los techos las desdichas
y mi cara vuelve al sur
esperando los trenes del regreso.
Para aquel entonces, mismuslos
rozaban las melgas de claveles,
las glicinas y la congona.
No sabía de cemento parco,
callado, cabizbajo. ¡No sabía!
No sabía de suburbios
sólo de crepúsculos
Alfredo Cabrera
pintura: Ferdinand Hodler
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