Bajo ese amor guardé semillas
(tan fecundas que crecían en mis brazos)
mis músculos fecundos
de ellos, subían enredaderas,
mi voz calmaba las quebradas
mis corros espantaban
a chucaos y charcanes.
De la cañada comía bellotas,
me volví carpintero de ramadas,
harinero de suaves avellanas.
Alfredo Cabrera
pintura:Henri Rousseau
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