de espeso caudal
estalla desde mi pecho.
Se fuga entre hiedras
y en los instantes
el viento trae aromas
de aguas antiguas
que agitan riveras
van besando las piedras.
De mis aguas
nacen tus manos
se vuelven alas
el viento ondea tus cabellos
tus manos bajan
un ramillete de estrellas.
¿Quien eres?
¿porqué me sonríes?
Tu pelo se hace senda
cortas rosas
voluptuosas
los ramos sacuden
sus pétalos
embriagan mi cuerpo.
Me he vuelto azucena
bañado en el aura
con inocencia soñada
doblo el tallo
y abro
la corola de mi cara.
Soy un milagro
un milagro de suave fragancia.
Cae la noche
la luna tu inventas
y hacemos una sonata
unido a tu cintura
florecido, tembloroso,
lleno de savia.
Se encienden mis mejillas
luego que tus ojos
posan su mirada
lleva enredaderas
trepadoras y sinuosas
que envuelven todo.
Hueles a jazmín
me embriago en ti
en tu aroma.
Elevo otro tallo
de lado de la almohada
extilpo agudas púas
de tu frente...
-Un recado:¿Si la ves?
le he bordado con gorjeos
de chincoles y gorriones
una sábana de fragancia
para cubrir sus piececillos.
Alfredo Cabrera
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