El padre de mi papá nació en Grudgions, una ciudad en el norte de Polonia. De muy joven, con su triciclo
empezó a comerciar con mantequilla. Compraba esta en el campo, y la fraccionaba y vendía en la ciudad.
A los 14 años dejó el colegio, para dedicarse completamente a esta actividad.
A los 18 años, cuando debía realizar el servicio militar, que duraba más de dos años, arrancó a Sud América, específicamente a Buenos Aires, Argentina, donde trabajó como capataz en un campo. Después de dos años, decidió volver a Polonia. Fue inmediatamente llamado a hacer el servicio militar, y para evitar este, se hizo pasar por sordo. Lo despertaban a media noche para ver si hablaba, pues sospechaban su ardid, pero como nunca emitió palabra, lo dejaron ir a los seis meses.
Se casó con Luisa Stainsapir de Varsovia, y tuvieron un solo hijo, mi papá Miguel.
Siguió trabajando en comercializar mantequilla, pero ahora exportando a toda Europa.
Por ser judío, le prohibieron seguir ejerciendo esta actividad antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial. Por eso decide volver a América y tomar un barco que lo deja en Valparaíso, y se radica en Santiago, donde vive un cuñado de él.
Continúa en Chile con su actividad, comprando mantequilla en el Sur, y vendiéndola fraccionada en Santiago.
A esto agrega la producción de pepinos en dill. Había traído las semillas de Europa y las cultivaba en una parcela que arrendó y posteriormente compró en el Arrayán. Murió a los noventa años.
Claudio Spiniak
pintura: Nicolae Grioresku
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