Algunas veces me quedo pensando, qué llevó a ese hombre a cruzar la barrera que lo instala, inevitablemente, en la otra orilla. Esa en que ya no hay retorno. ni para él, ni para su víctima. Las razones son múltiples: una inteligencia poderosa y mal orientada, una naturaleza impulsiva, la ignorancia, las malas juntas, un medio social ligado al hampa, la combinación de rabia y pobreza, constelaciones familiares caóticas, . la droga, las patologías síquicas...etc, . pero en los delincuentes más avezados, en cada uno de ellos, he visto como siempre ha faltado el amor de madre.
"Señorita, a mi me pagaron desde que estuve en la guata de mi mamá", me dijo una vez el indio Danilo, hoy condenado a cadena perpétua.
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