Eco en la dulzura de la noche,
que espanta el deleite del amor
que sobresale del aroma infinito
del alma robusta y añosa,
que la barba del sabio tranquiliza
cada vez que al aclarecer ingresa a la caverna
de la luz natural de un nuevo día
Carlos Espínola Robles
Fotografía: Eric Pérez www.unpuntodereflexion.blogspot.com
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