Para mi tristeza violeta azul,
clavelina roja pa mi pasión
y para saber si me corresponde
deshojo un blanco manzanillón
si me quiere mucho, poquito o nada
tranquilo queda mi corazón
Violeta Parra
...y no solo para las penas de amor sirven las hierbas
Alfredo nos presenta su hermoso "hierbario" de Nahuelbuta,
recopilación de antiguas plantas de zahumerios...
Manzanillas
Tus pétalos áureos recogen
del aire color de montaña,
tu perfume es una maraña
que lanza hacia el cielo fragancias
Estrella del suelo salobre
sin barzón sembraron tu corte
y naces al sur capitana
armando tu luz por los bordes
No hay quien te busque y no sepa
en sur, en norte o estepas
derramas la leve tintura
resina de piel de los montes
Murtas
Me tiembla la piel al saberte
lucías en claro horizonte
coronas al crío del campo
de paje cubierto de olores
Ahora me arrulla tu aroma
al darte por reina del monte
candil que recoges los soles
de quien ya te sabe y te esconde
Congona
A la Congona la trajeron
de mar añil de otros bosques
sobre casco de viejo velero
navegó entre filibusteros
Se dice que es campesina,
más dura que la llareta
se yergue entre las retamas
que mi madre colgó en los notros
Al mate le da un gustillo
sin parangón, sin destello
¡más suave que hierba buena!
¡más grácil que toronjil criollo!
Menta Negra
De pajonal friolento
erguida te hallaron los hombres
oscura patagua sin plumas
mudado color de los robles
Espigas alzadas en lodos
prendidas al barro y los mohos
tizona pintada de almas
morisca yerbatera del bosque
Canchanlagua
Le buscaron por mil cerros
nadie vio donde lo urdieron
estaba bajo el lóbrego
manto de añejos cedros
De su sombra han de beberlo
este enano es enfermero
él extirpa los misterios
de la muerte y mal agüero
de su raíz brebaje hicieron
arrancando espasmos y toces y ruegos
Las abuelas le conocen
por más de dos mil milenios
el nació junto al recodo
de los ríos y arroyuelos
se durmió en jarra de barro
alejando dolores viejos
Coironal
de dos destiles
cortó la luz que vertió la montaña
tan dura y punzante
se hizo tu estambre
ni Raco, ni Puelche
pudieron matarte
Rebanas el aire
recortas la niebla
perforas la estancia
demarcas el cerro
gramínea de flecos
silbando a donaire
de tiesa y esquiva
tu tienda de día.
Te encuentra el arriero
con hálito al viento
buscando un Aymara
te tuvo hecha techo
Pehuenche y Cuyano
te saben por siempre
jazmín del sendero
del ave y del viento
Oreja de Zorro
La virgen la trajo, la hierba del manto
el rictus del cielo se ve en su costado
así la partera le hierve en su cuenco
cuajando la sangre
calmando los aires
Apura el tranco que el crío ya viene
no vaya a traer un susto en sus sienes
busca entre los riscos
en el farellón costero
se ve entre la grama
que cuelga del viento
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