Otra vez vienes aquí, para tenderme tu mano
y haz descendido hasta mi encierro, donde posa mi cuerpo maltratado
como materia semi-inerte, que a veces se arrastra sobre paredes grises
a veces entre rejas, mimetisado con la esperanza más esencial.
Separándome el Espíritu de vuestra naturaleza semi mística, por qué estirpe me animas
con la ilusión de tus días que se suceden, me insta a vivir con tus elogios que me inundan bondadosos, me encumbras como árbol a la enredadera, y yo subo al ritmo de tu mente, con los deslices de hombre liberado, porque subo al infinito y de lo alto contemplo todo el universo, que te circunda como las aureolas que envuelven la luna, las aguas son más limpias, se refleja tu figura que resalta entre cristales de arco iris te deslizas sutil, y sumergida te quedas en mi imaginación.
Te detienes en mi encierro invadiendo con elogios mi alma congojada, tus desplazamientos son guiados por tus manos que se esmeran generosas en restaurarme mi alma en pena.
ABS
pintura: Ferdinand Hodler